miércoles, 24 de junio de 2015

Breve parábola de equidad


     A mitad de un almuerzo familiar ella tomó su teléfono celular y se distrajo unos  segundos para responder un mensaje de Facebook. De inmediato él acusó  que ella tenía «toda la comida» con el teléfono en la mano y le pidió que lo dejara.

     Ella obedeció de inmediato y apartó el móvil para continuar comiendo.

     Transcurrido un instante, él tomó su teléfono, fotografió su plato,  envío las imágenes a su grupo de Whatsapp. Luego comenzó a chatear en voz alta, como quien se dicta a sí mismo. Presumiblemente, quería recalcar que su uso del teléfono móvil en la mesa, estaba muy justificado debido a la importancia superlativa que tenían sus motivaciones de pedir a su buen amigo: unos mangos.