Regreso lento a casa, y el suelo me ofrece su colección de fragmentos: tuercas, arandelas, tornillos. Me detengo, recojo cada pieza, las guardo en mis bolsillos que se llenan de chatarra inútil y silenciosa.
¿De qué autómata caen estos restos? ¿De qué mente se desprendieron?
Un susurro fugaz atraviesa mi pensamiento: quizás fui yo quien, sin saberlo, perdió en la ida los engranajes que hoy intento recoger en el retorno, como un náufrago reuniendo su cuerpo roto.
Versión original 02 de julio de 2012
Versión revisada 24 de agosto 2025

Tu subconciente se comunica con tu conciente...
ResponderEliminarTe falta un destornillador :)
Vodka y Jugo de Naranja ... Salud!
JA