viernes, 25 de julio de 2025

El mundo que pediste

   


Qué hermoso es el mundo que imaginas para Bebé. Un lugar suave, construido con palabras dulces y días sin prisa. Pero no lo soñaste sola. Cuando la voz se te quebró y pediste ayuda —en plural, sin manual, sin advertencia—, apareció un coro de mujeres. No preguntaron por qué. Solo supieron que había un niño y una madre que no debía dejar de ser también creadora.

   Y entonces, tejieron turnos invisibles, desplazaron rutinas, silenciaron sus propios cansancios para cuidar a Bebé con manos de abuela y ternura de hermana. Lo arroparon como se arropa a un hijo propio, porque sabían —como solo sabe quien ha sido madre o ha amado a una— que cuando cuidan a tu hijo, también te están salvando a ti.
   Pero ese mundo también tiene esquinas afiladas. Entre el amor compartido y las tareas suspendidas, se colaron zarpas inmerecidas, palabras que mordieron sin razón, como si la ternura ajena irritara a quienes nunca supieron darla.

   Y aun así, en medio de todo, Bebé crece querido. Su madre, un poco más entera, y el coro de mujeres tristes y desoladas por el golpe injusto. Pero de pie, como siempre, porque cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo.



2 comentarios: