viernes, 3 de septiembre de 2010

Do not disturb.

     Te imagino trotando, con el ipod sujeto a tu brazo derecho. Lentes oscuros ocultan el dejo de tristeza propio de aquellos que extrañan su tierra.
    Imagino tu silueta cruzar el ocaso encarnado, que encierra un sol inmenso a punto de zambullirse en el mar. Tu perro, jadeante ante el sofoco del calor costero, acompaña tu soledad.
     Imagino que oyes a Bach, el preludio de la suite No 1 interpretada en cello por Yo Yo Ma. La música, tus pasos y tu corazón, pulsan al mismo compás.
     Imagino tu olor a sal marina lavada por abundantes hilos de sudor que emanan de tus poros.
     A más de dos mil kilómetros de distancia, en otra ciudad, me preparo para entrar en el placentero sueño. Quiero imaginar más y más. Yo también quiero correr y me apresuro a buscarte. Quiero alcanzarte, pero ya no te veo.

….

    De espalda recta y estirada la veo acercarse a mí. Tiene una ceja alzada, es el gesto severo e inconfundible de aquellos que lo desaprueban todo, que lo censuran todo, que lo juzgan todo.
    Aunque es acartonada y rigurosa, la reconozco ¿soy yo?, es como verme a mí misma al espejo...
     Ella, la entrometida Alter ego, se infiltró en mi sueño. Inflexible acerca su cara a la mía, me mira, se lleva el índice a los labios y me dice:
    -Shhhhhh!!!  Do not disturb…

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