Desde que Greta supo que el profesor Alfredo Salas había aceptado ser el tutor de las coquetas gemelas Montero, algo punzante y persistente empezó a anidar bajo su piel. Era un aguijón de celos: fino, tenaz, siempre activo. La herida no sangraba, pero ardía.
Había sido durante el segundo semestre, en una discusión sobre Oscar Wilde, cuando el vínculo entre ellos cruzó sin retorno la delgada línea que separa la admiración intelectual del deseo. A partir de entonces, su relación tomó forma en el lenguaje de lo oculto: mensajes cifrados, miradas como ráfagas, gestos que nadie más podía descifrar, pero que para ellos eran un código compartido, íntimo, casi sagrado.
Con el tiempo, la universidad, sus horarios cambiantes y las exigencias de las pasantías terminaron por desdibujar el jardín secreto donde Greta, convertida en niña, jugaba a ser descubierta por su maestro. Ya no había contacto. El idilio —más platónico que carnal— se había evaporado sin consumarse. Y, sin embargo, ella se sabía aún presente en sus pensamientos, como un fantasma que acaricia sin cuerpo.
No estaba dispuesta a ceder ese lugar. Mucho menos ante el escote simétrico de las Montero.
Llegó a su apartamento a las tres en punto. Puso en el reproductor Dos Pájaros de un Tiro, la gira compartida de Serrat y Sabina, y una sonrisa cargada de ironía le curvó los labios. Tal vez ella también podía matar dos pájaros con un solo gesto.
Abrió las llaves del agua caliente, espolvoreó sales de lavanda, y mientras la bañera se llenaba, se sentó frente al computador. Escribió un correo que no necesitaba más revisiones que el deseo:
Asunto: A las cuatro
Alfredo:
Te escribo por esta vía porque lo que quiero decir no cabe en un mensaje breve. El vacío que dejó tu ausencia se ha desplazado en mí. Ya no está en el pecho: bajó, se volvió ansiedad húmeda, una fiebre que no se calma con palabras.
A las cuatro —tu hora habitual de tutoría— dejaré la puerta entreabierta. La bañera estará llena. Velas encendidas. Me hundiré en ese calor con los ojos cerrados, intentando imaginar tus manos donde no han estado, tu boca donde nunca llegó.
Una lástima que estés tan ocupado con las mellizas. Sé que te encantaría estar aquí, sintiendo el ritmo de mi respiración acelerarse en tu oído, mis besos volverse más voraces, mi lengua transformarse en manos —manos de ciego con hambre.
En fin. Quería avisarte. A falta de tu presencia, tendré que apelar a la imaginación para apagar este incendio. A solas.
Te pienso. Te extraño.
Greta
A las cuatro, el agua tibia la recibió como un cuerpo que la esperaba desde siempre. Cerró los ojos. Fuera del baño, el reloj avanzaba en silencio.
Mientras tanto, en otro edificio de la universidad, la profesora Carlota Arocha escuchaba atónita la petición de las hermanas Montero.
—¿Cómo que necesitan nueva tutora? ¿No era el profesor Salas quien supervisaba su tesis?
—Eso creíamos, profesora —respondió una de ellas, acomodándose el cabello—, pero llevamos seis martes seguidos llegando puntualmente a su cubículo a las cuatro… y él nunca aparece. Siempre nos deja plantadas.
—¿Y qué excusa les da?
—Siempre lo mismo —dijo la otra, cruzando los brazos—: que estaba apagando un incendio.
Carlota levantó una ceja, suspicaz.
—¿Seis incendios consecutivos?
El silencio cayó como una vela extinguida.
*Versión revisada en julio de 2025
Eres toda una escritora. Me impresionas. No te queria escribir, pues no tengo como revisar mi gramatica y se que cometo muchos errores. Apesar, de que leo mucho, no siempre es en español.
ResponderEliminarTu admirador secreto
Jesus. Secreto por que no te acuerdas
WOW!!!!!! EXCELENTE TU BLOG, TE INVITO A QUE TE PASES POR MI NOSTÁLGICO, OSCURO, TRISTE Y DEPRESIVO BLOG DE INVIERNO BIPOLAR PARA QUE ME DES TUS MAS SINCERAS IMPRESIONES AL RESPECTO. DESDE HOY TE SIGO. TE ESPERO POR EL MIO... www.elpacientebipolar.blogspot.com
ResponderEliminarCuánto talento que se esparce libremente por las redes de internet, y la cantidad de personas que mal aprovechan la oportunidad de conocer a posibles estrellas :) felicitaciones, escribes excepcionalmente bien!
ResponderEliminar¡Qué maravilla encontrarme con estos comentarios! Me siento halagada… Les agradezco la visita. J
ResponderEliminarbrava!!
ResponderEliminar