
Al salir de la sala de cine vimos que la mayoría de los comercios estaban cerrados, dimos varias vueltas antes de encontrar el último baño abierto.
- Ya vengo, espérenme aquí- les dije a mi hijo y a mi esposo.
Había cola… ¿Cuándo no? Murphy trabaja 24/7 los 365 días del año. De repente recibí un empujón y al voltear molesta y dispuestísima a reclamar por el grosero trato, me di cuenta que se trataba de un señor que, muy apurado, le abría paso a su hija, quien evidentemente se encontraba en aprietos y punto de perder el control de sus esfínteres…
Ella estaba sola, parada en medio del charco, paralizada, con mirada gacha y llena susto, los brazos abiertos y sin saber qué hacer. Media docena de mujeres en la fila la miraban con lástima de arriba abajo pero nadie hacía nada…
- Ven mi amor, no te asustes, es sólo un accidente- Le dije al tomarla de la mano. Arranqué algo de papel secante del dispensador y se lo ofrecí.
- Vamos a lavarnos las manos…. ¿Tu papá está afuera?- Asintió
…..En vano traté con todas mis fuerzas de contener el llanto y de vencer la tremenda opresión que me encogía el alma…. ¡maldito cromosoma extra en el par 21!
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