domingo, 25 de abril de 2010

Fragmentos de mi cuento.

Las manos le sudaban. Se anticipaba al tormento de saber que en el apretón del saludo inicial, mojaría la palma de su interlocutor. No sería hasta unos meses después que inventaría su propia técnica de tomar la iniciativa y presentarse ella primero con un beso en la mejilla…para evitar la vergüenza de dar su húmeda mano.

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