
En la sala de espera nos aguardaba un largo rato antes de que nos tocase el turno. Hambrientas por el ayuno indicado para los exámenes de laboratorio, mi amiga y yo, no queríamos seguir hablando -y para colmo- una tortuga, hubiese hecho el listado de historias clínicas más rápido que la Dama Salesiana encargada de organizar a los pacientes.
Amiga: - Traje el periódico y la Cosmopolitan.
Yo: - ¡Yo quiero la revista porfa!
Amiga: - Como quieras, dijo en tono burlón. -Yo me entero del acontecer mundial y de las noticias importantes, mientras tú de las banalidades inútiles…
Nos reímos por un momento, y cada quien se abstrajo en su lectura. Ni siquiera habían transcurrido dos minutos cuando, gratamente asombrada por su más reciente descubrimiento, me preguntó:
Amiga: ¿Tú sabes quién es John Holmes?
Yo: Sonriendo asentí afirmativamente. – Banal e inútil, pero si sé!
jaja, esta buena esa. Saludos
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