sábado, 22 de octubre de 2011
Un barco inspirador
jueves, 18 de agosto de 2011
Encuentro cercano con un pollo
miércoles, 17 de agosto de 2011
El apuesto Bwin
miércoles, 10 de agosto de 2011
CHÉJOV EN EL CHARAIMA
martes, 9 de agosto de 2011
Obediencia
lunes, 27 de junio de 2011
Cuando nadie nos ve
Los ruidos de la noche retumban en simetría con la oscuridad.
Los diablos bailan frenéticos. Dan vueltas con sus satánicas miradas perdidas en la nada. Se mueven al ritmo de la noche y flotan entre las sombras de la habitación. Como en una danza de perros rabiosos, entran en un trance feroz de cuernos y colmillos.
Furiosos colores centellean alrededor de inhumanas expresiones dibujadas en la cara de los demonios jerarcas de la cofradía.
De pronto se enciende la luz, y al unísono, caen al piso como un chaparrón de pesadas piedras.
Entra el viejo artesano con su nueva obra de arte en las manos. Con cuidado, la posa en el suelo junto a las otras máscaras.
lunes, 13 de junio de 2011
domingo, 12 de junio de 2011
Ciclo de lluvia
cuando vayas al mar
háblale de tus penas
pídele que aclare
las borrascas que te ciegan.
Así lo hice
me sumergí en su azul
me columpie en sus aguas
me arrullaron sus olas
se confesó mi alma.
La verdad desertó mi pecho
diluida por lágrimas
tristes lamentos cobardes
que jamás pronunciaron nada
ahogados en mar tardío
turbio de agua salada.
El sol incendió el océano
el rey sublimó las aguas
las elevó hasta el cielo
soplo de nubes blancas
cargadas de sentimientos
que nunca fueron palabras.
Las gotas en las alturas
navegan achubascadas
desbordantes de huellas tuyas
alzadas en grandes alas
emisarias encubiertas
de latidos y de ganas.
Nubosos pensamientos
oscuras tempestades
se acumulan en la noche
te rastrean incansables.
Si te llueve un aguacero
si te habla
si te toca
escucha atento el te quiero
que el mar le enjugó a mi boca.
jueves, 5 de mayo de 2011
El ciclo del llanto reprimido
Hay un momento previo en el que los ojos, lacerados, están a punto de rebosar lágrimas clandestinas que no deben saltar al vacío. Si éstas son contenidas, se transforman en olas negras que implosionan en el alma.
En ese instante la nariz es la siguiente víctima del embate de tristeza líquida. Enrojece anegada de desconsuelo espeso y no tiene otro remedio que sorber el flébil moco.
El brebaje invasor, cada vez más denso, baja por la garganta, se estanca a medio camino y obliga a tragar grueso para embuchar el viscoso tormento y forzarlo al descenso.
Una vez en el pecho, la ola, engendro de caldo funesto, se hincha y crece descomunal; se vuelve tsunami y lo inunda todo. Lo invade todo. Una inspiración desesperada es necesaria para evitar el ahogo.
Entonces el aire reconquista el espacio y obliga a la ola oscura a hundirse profundo en las entrañas. Allí, revuelta en el torrente de veneno líquido, bulle para formar gas ácido que fluye vaporoso de angustia y asciende por el espinazo.
El vidrio de los ojos atrapa el vaho amargo y lo funde en lágrimas. Lágrimas prisioneras de fluir libres. Gotas condenadas a repetir el cruel ciclo del llanto reprimido.
lunes, 25 de abril de 2011
Zarpa
Con tu mano de seis dedos
atizas mil zarpazos,
al componer esos versos
huérfanos de abrazos,
escasos de ternura,
cargados de arañazos.
Con esa mano tú escribes,
crueles espinas narras,
relatos brunos que encarnan,
condenas colmas de saña.
Las musas caen de pena,
lloran desconsoladas,
despeñadas de altos riscos
laceradas por tus zarpas.
miércoles, 20 de abril de 2011
A tu silencio…
Silencio que vives en la boca que quiero,
silencio que grita, silencio que habita un minuto eterno.
A ti te imploro, no te deleites en mis tormentos.
Silencio estrépito vuélvete mudo, trae palabras que junto al viento,
sequen mis lágrimas con la corriente de mil y un versos.
Silencio cruel, engendro aberrado de su derecho,
mi corazón atacas desde parajes planos y opuestos,
balas perdidas, vuelos violentos, zamuros negros,
que ahíncan garras en un despojo ya casi muerto.
Silencio salvaje, agonizantes yacen mis restos.
Silencio hambriento, busca otros votos, busca otros fieles, busca otros puertos.
Viola otra boca, vete al exilio, soy mártir yerto.
Silencio absurdo, disparatado, hazte bien lejos.
Salta al vacío deja sus labios, silencio frío.
Vuelvan frondosas las letras verdes como los pinos.
sábado, 16 de abril de 2011
Fantasía
viernes, 15 de abril de 2011
Quimera
Profesas saber si es dolor o sonrisa
sábado, 9 de abril de 2011
I Griega
Cae una gota de tinta azul sobre el papel
Luego otra
Apartadas se miran
Separadas se cautivan
Con toda la fascinación que alimenta la fe
Ruedan las dos
Pliego abajo, en diagonal se atraen
Tienen la esperanza de tocarse y lo hacen
Se unen brevemente en una sola corriente que baja.
El rastro de humedad añil termina en un punto
Fundidas en un hilo trazaron una ípsilon
Y escribieron una historia.
jueves, 24 de marzo de 2011
Fuego a las cuatro
Desde que Greta supo que el profesor Alfredo Salas había aceptado ser el tutor de las coquetas gemelas Montero, algo punzante y persistente empezó a anidar bajo su piel. Era un aguijón de celos: fino, tenaz, siempre activo. La herida no sangraba, pero ardía.
Había sido durante el segundo semestre, en una discusión sobre Oscar Wilde, cuando el vínculo entre ellos cruzó sin retorno la delgada línea que separa la admiración intelectual del deseo. A partir de entonces, su relación tomó forma en el lenguaje de lo oculto: mensajes cifrados, miradas como ráfagas, gestos que nadie más podía descifrar, pero que para ellos eran un código compartido, íntimo, casi sagrado.
Con el tiempo, la universidad, sus horarios cambiantes y las exigencias de las pasantías terminaron por desdibujar el jardín secreto donde Greta, convertida en niña, jugaba a ser descubierta por su maestro. Ya no había contacto. El idilio —más platónico que carnal— se había evaporado sin consumarse. Y, sin embargo, ella se sabía aún presente en sus pensamientos, como un fantasma que acaricia sin cuerpo.
No estaba dispuesta a ceder ese lugar. Mucho menos ante el escote simétrico de las Montero.
Llegó a su apartamento a las tres en punto. Puso en el reproductor Dos Pájaros de un Tiro, la gira compartida de Serrat y Sabina, y una sonrisa cargada de ironía le curvó los labios. Tal vez ella también podía matar dos pájaros con un solo gesto.
Abrió las llaves del agua caliente, espolvoreó sales de lavanda, y mientras la bañera se llenaba, se sentó frente al computador. Escribió un correo que no necesitaba más revisiones que el deseo:
Asunto: A las cuatro
Alfredo:
Te escribo por esta vía porque lo que quiero decir no cabe en un mensaje breve. El vacío que dejó tu ausencia se ha desplazado en mí. Ya no está en el pecho: bajó, se volvió ansiedad húmeda, una fiebre que no se calma con palabras.
A las cuatro —tu hora habitual de tutoría— dejaré la puerta entreabierta. La bañera estará llena. Velas encendidas. Me hundiré en ese calor con los ojos cerrados, intentando imaginar tus manos donde no han estado, tu boca donde nunca llegó.
Una lástima que estés tan ocupado con las mellizas. Sé que te encantaría estar aquí, sintiendo el ritmo de mi respiración acelerarse en tu oído, mis besos volverse más voraces, mi lengua transformarse en manos —manos de ciego con hambre.
En fin. Quería avisarte. A falta de tu presencia, tendré que apelar a la imaginación para apagar este incendio. A solas.
Te pienso. Te extraño.
Greta
A las cuatro, el agua tibia la recibió como un cuerpo que la esperaba desde siempre. Cerró los ojos. Fuera del baño, el reloj avanzaba en silencio.
Mientras tanto, en otro edificio de la universidad, la profesora Carlota Arocha escuchaba atónita la petición de las hermanas Montero.
—¿Cómo que necesitan nueva tutora? ¿No era el profesor Salas quien supervisaba su tesis?
—Eso creíamos, profesora —respondió una de ellas, acomodándose el cabello—, pero llevamos seis martes seguidos llegando puntualmente a su cubículo a las cuatro… y él nunca aparece. Siempre nos deja plantadas.
—¿Y qué excusa les da?
—Siempre lo mismo —dijo la otra, cruzando los brazos—: que estaba apagando un incendio.
Carlota levantó una ceja, suspicaz.
—¿Seis incendios consecutivos?
El silencio cayó como una vela extinguida.
*Versión revisada en julio de 2025
lunes, 7 de marzo de 2011
Duetos coloridos
jueves, 3 de marzo de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
La gota que derramó… mi hermano
sábado, 19 de febrero de 2011
El anillo. Tarea para el Taller.
jueves, 17 de febrero de 2011
Letras
Las letras me recitan alas y vuelo alto
Me narran un sueño vasto
Me entonan ilusiones
Me hacen viento emancipado
Me surcan sonrisas
Me brotan lágrimas
Ellas pulsan latidos
Las letras me hacen feliz…